Durante una década Miguel Rosendo campó a sus anchas. Primero desde una pequeña herboristería de Vigo y, después, en un lujoso chalé de Oia (Pontevedra), fue formando una comunidad que llegó a alcanzar los 400 fieles a los que manipulaba con sus ínfulas. No sin levantar sospechas, pero igualmente sin oposición del Obispado de Tui-Vigo, que autorizó su orden como asociación privada de fieles y después la ascendió a asociación pública de derecho diocesano. Pero en 2014, los familiares de sus víctimas lograron que todo saltara por el aire. Un demoledor informe de un despacho de detectives detalló los abusos sexuales, físicos y psicológicos que ejercía el brujo con sus miguelianos. La juez acaba de concluir la primera fase de su investigación, con la citación de una decena de imputados a los que se les atribuye los presuntos delitos de asociación ilícita, contra la Hacienda Pública y abuso sexual. http://www.elconfidencial.com/espana/galicia/2016-03-19/abusos-sexuales-y-el-enriquecimiento-en-la-secta-de-los-miguelianos_1171221/
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